sábado, 4 de octubre de 2014

Locura sagrada


"Si el tonto persiste en su tontería, se vuelve sabio"



Hey, tu! Si. Tu. El payaso. El chistoso. El que desconcierta a los demás porque no se sabe cuando hablas en serio y cuando en chiste. Y eso te ha traído problemas. Te han llamado irresponsable. Inmaduro. Infantil. La gente responsable, la gente madura, la gente adulta. Ellos, los serios. Te menosprecian por ser distinto. Pero tu te ríes de ellos por ser todos iguales. Y los haces reír. Y cuestionarse.
Tus puntos de vista abren huecos en las cabezas de los que se atreven a escucharte sin tomarte a menos. Tus preguntas incomodan a las figuras de autoridad. Tus palabras son las que los demás no se atreven a pronunciar. Porque muestran que los poderosos no lo son tanto. Desinflas el ego de los que están en el poder poniendo en evidencia que no son infalibles, mientras que le demuestras a los que no están en el poder que el poder corrompe si no es balanceado con otra fuerza, por ejemplo la del humor. 
Muestras a través del mal ejemplo como no comportarse. 
Con tus actos traes caos al orden, rompes la estructura de lo sagrado con la blasfemia, para sembrar la semilla del cuestionamiento. Y a través de estas preguntas que florecen en la mente de los que te escuchan y observan los llevas a la reflexión. Llevas a que la seriedad sagrada se transforme en ansiedad sagrada, y esta colapse en la risa sagrada. Es la fuerza opuesta a la seriedad sagrada. La fuerza de la risa que afloja esa tensión, desatando nudos y aflojando la mente, preparándolos para aprender. 
Con tus actos, preguntas, y palabras, nos recuerdas el Espíritu del Todo no es intrínsecamente bueno ni malo, solo es. Eres espejo sagrado reflejando en las personas este mismo concepto. Eres hombre trueno que con tu sabiduría alocada shockeas a los que aprenden de ti y los sacas fuera de los patrones culturales y psicológicos fijados. 
Te juzgan, te critican. Sobre todo los que más rígidos patrones tienen. Según sus normas y códigos estás loco, o no eres de valor para la sociedad. Pero justamente tu valor social es ese. Poner a prueba las mismas normas y leyes que usan para juzgarte. Eres el caos que pone en balance al exceso de orden, permitiéndole de esa manera seguir funcionando. 
Eres trueno, eres espejo, eres locura, eres sabiduría. Eres balance. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario