martes, 20 de enero de 2015

Desnudez

Charlaba con Samai, de tres años en edad, en la cocina de su casa, donde había vivido junto a ella y su familia por el último mes. De repente, suelta una de sus preguntas inesperadas y fuera de relación con la charla:
"¿Quien sos?"
Contesta mi sinceridad antes de pensar bien lo que decía:
"No lo sé. Por eso estoy viajando... "

Sí quieres conocer el cuerpo de alguien, primero esa persona debe quitarse la ropa, sino sólo tendrás una idea o un supuesto de como puede llegar a ser.
Si realmente quieres conocer quien eres, ¿hasta donde estas dispuesto a desvestirte de los artefactos que esconden tu verdadero ser? 
¿Eres capaz de dejar caer grados, títulos, nombres, para conocerte realmente?
¿Que tanto de estas vestiduras serías capaz de quitarte?
¿Cuanta desnudez de tu alma estas dispuesto a soportar para saber quién eres?
De tanto llevar puesto esos títulos y nombres, terminamos creyendo que eso es lo que somos. Y eso tiene tanto sentido como creer que somos nuestra ropa. Nos sentimos cómodos y seguros en nuestras vestimentas. Y por eso tenemos miedo de dejar todo eso atrás, porque creemos que vamos a dejar de existir sin nuestros títulos y nombres. 




Pero como dicen por ahí, lo que para la oruga es el fin, para la mariposa es el nacimiento.